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Según las proyecciones, el Partido de la Libertad de extrema derecha de Austria se encamina hacia una victoria electoral sin precedentes bajo el liderazgo de Herbert Kickl.
Las proyecciones, basadas en los resultados iniciales, dan al partido de Kickl un 29,2%, casi tres puntos por delante del conservador Partido Popular con un 26,3%, pero muy por debajo de la mayoría.
El Partido de la Libertad (FPÖ) ya formó parte de una coalición, pero el conservador Partido Popular, que ocupa el segundo lugar, se ha negado a formar parte de un gobierno dirigido por él.
El principal rival de Kickl, el actual Canciller Karl Nehammer del Partido Popular (ÖVP), ha dicho que es “imposible formar un gobierno con alguien que adora las teorías de la conspiración”.
Unos 6,3 millones de austriacos tenían derecho a votar en una contienda dominada por las cuestiones gemelas de la migración y el asilo, así como por la inflación y la guerra en Ucrania.
El secretario general del Partido de la Libertad, Michael Schnedlitz, se mostró satisfecho con las proyecciones iniciales y declaró que “los hombres y mujeres de Austria hoy han hecho historia”. Se negó a decir qué tipo de coalición intentaría construir su partido.
Están en camino de asegurar alrededor de 57 escaños en el parlamento de 183 escaños, con los conservadores con 51 y los socialdemócratas con 40.
El feroz líder del Partido de la Libertad, Herbert Kickl, ha prometido a los austriacos construir una “Fortaleza Austria” para restaurar su seguridad, prosperidad y paz.
También ha hablado de convertirse Volkskanzler (canciller del pueblo), que para algunos austriacos tiene ecos del término utilizado para describir a Adolf Hitler en la Alemania nazi.
Es probable que formar una coalición resulte complicado para Herbert Kickl, que es una figura divisiva.
Los socialdemócratas, los verdes y los neos han descartado una asociación con la extrema derecha.
La única coalición posible que podría formar el partido de Kickl es con los conservadores, aunque el Partido de la Libertad tendría que encontrar una solución a la negativa del Partido Popular a tener a Kickl como canciller.
Cuando el Partido de la Libertad de Geert Wilders ganó las elecciones en Holanda en noviembre pasado, abandonó su candidatura a primer ministro para que otros tres partidos aceptaran formar una coalición. Kickl, sin embargo, desea convertirse en canciller y promete a los austriacos actuar como su “sirviente y protector”.
El analista político Thomas Hofer dijo a la BBC que no estaba en absoluto claro que el presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, que supervisa la formación del gobierno, le daría a Kickl un “mandato directo para formar una coalición”.
Van der Bellen ha expresado reservas en el pasado sobre el FPÖ debido a sus críticas a la UE y su fracaso a la hora de condenar la invasión rusa de Ucrania. El partido se opone a las sanciones de la UE a Moscú, citando la neutralidad de Austria.
La victoria proyectada de Kickl es el único éxito más reciente de los partidos radicales de derecha en Europa.
La italiana Giorgia Meloni encabeza una coalición de derecha como líder del partido de extrema derecha Hermanos de Italia y el AfD de Alemania encabezó las encuestas en el estado oriental de Turingia el mes pasado.
A diferencia de Kickl, la primera ministra de Italia ha dado su pleno respaldo a la defensa de Ucrania por parte de la UE frente a la invasión a gran escala de Rusia.
Kickl también ha aprovechado los temores sobre la inmigración en Austria y ha aprovechado al máximo la ira por la gestión del gobierno de la pandemia de Covid, abrazando teorías de conspiración sobre tratamientos oscuros para el virus.