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QUERIDA ABBY: Mi hermana y yo crecimos con nuestro padre después de que nuestros padres se divorciaran. Él era un acaparador. Años después, cuando finalmente tuvo que mudarse, se necesitaron tres camiones de mudanzas para vaciar la casa de dos habitaciones. Puedes imaginarte cómo fue eso. El desorden me afecta mucho. Aprecio una casa organizada con espacio para respirar.
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Mi marido, con el que llevo casado diez años, lo entiende, en teoría. Durante mucho tiempo, se mantuvo en un sistema más austero, pero recientemente nos hemos acomodado económicamente y él ha empezado a coleccionar cosas. Primero fueron cómics; luego apareció una pila de discos de vinilo. Más recientemente, parece que siempre hay un conjunto de material de arte desbordando los mostradores y las mesas. Dice que sus adquisiciones están dentro de lo normal.
Sé que mi pasado me hace demasiado sensible a la limpieza, pero es muy difícil y me estreso cada vez que llego a casa y encuentro montones de objetos al azar y tengo que mover sus cosas antes de poder preparar la cena. No tenemos espacio para una “cueva de hombres”. Estoy en terapia, lo que ayuda, pero no lo suficiente. ¿Cómo podemos llegar a un acuerdo razonable cuando sé que tal vez yo no sea razonable? — TRIGGERED IN ARKANSAS
Tu sol de mediodía
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QUERIDO TRIGGERED: Una alternativa a echar por la borda su matrimonio junto con el desorden podría ser considerar la posibilidad de contratar a un organizador profesional para que ayude a su marido a organizar sus cómics, su colección de discos de vinilo y sus materiales de arte para que no estorben tanto. Otras parejas han hecho esto con éxito al fusionar dos hogares, y podría ser la solución para usted.
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QUERIDA ABBY: Soy abuela de tres niños maravillosos. Estoy muy involucrada en todas sus actividades y presente en todos los eventos importantes. Lo he estado desde el primer día. Los otros abuelos de mis nietos están casi siempre ausentes, en parte por la distancia y también por razones personales.
Cuando estos otros abuelos aparecen en eventos u ofrecen regalos o apoyo de cualquier tipo, se lo toma como algo muy importante, mientras que mi presencia se da por sentada. Nunca me dan las gracias por llevar a los niños a la escuela y a los deportes, por llevarlos de excursión o por estar presente prácticamente en todo. Mis hijos se deshacen en elogios hacia los abuelos ausentes cada vez que deciden presentarse a cualquier cosa.
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¿Soy demasiado sensible? ¿Algún día los niños apreciarán mi presencia, aunque ahora no parezca especial? — LISTO PARA RENUNCIAR
QUERIDO LISTO: Entiendo lo que sientes. Sin embargo, aunque no sé si tus hijos lo harán, estoy segura de que tus nietos recordarán todo el esfuerzo que has hecho y sigues haciendo por ellos. Esto incluye los innumerables eventos que has compartido con ellos. Por muy llamativos que sean los regalos de los otros abuelos, no se pueden comparar con la estrecha conexión que tus nietos comparten contigo.
— Dear Abby está escrita por Abigail Van Buren, también conocida como Jeanne Phillips, y fue fundada por su madre, Pauline Phillips. Comuníquese con Dear Abby en DearAbby.com o en PO Box 69440, Los Ángeles, CA 90069.
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