Por Bagehot
En un año de duras derrotas para los internacionalistas en Gran Bretaña y en el extranjero, un pequeño alivio. Los liberaldemócratas presentaron las elecciones parciales de ayer en Richmond Park como una oportunidad para que los votantes expresaran su escepticismo sobre el Brexit. La táctica funcionó: Sarah Olney se quedó con el escaño del suroeste de Londres con un aumento de 30,4 puntos en su porcentaje de votos. Zac Goldsmith, el lánguidamente aristocrático partidario del Brexit que luchó en una campaña de mensajes en clave para la alcaldía de Londres en mayo, había provocado la votación en octubre al renunciar a los conservadores en protesta por los planes de construir una tercera pista en el cercano aeropuerto de Heathrow. Al encubrir esta cuestión (los liberaldemócratas verdes también se oponen) y elegir sobre Europa, sus oponentes le quitaron la alfombra de debajo de sus pies.