Una mujer se prepara para atrapar un frisbee arrojado durante un apagón masivo después de que fallara una importante planta de energía en La Habana, Cuba, el viernes 18 de octubre de 2024.
Ramón Espinosa/AP
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CIUDAD DE MÉXICO – La red eléctrica de Cuba colapsó por segunda vez el sábado, poco después de que funcionarios cubanos anunciaran que habían comenzado a restablecer el servicio, en lo que se ha convertido en una de las peores crisis en la historia del país.
El apagón masivo deja a 10 millones de personas en la isla caribeña sin electricidad y sin una indicación clara de cuándo podría restablecerse el suministro.
Es un nuevo mínimo en un país que ya ha estado lidiando con una crisis económica cada vez más profunda, agravada por el embargo estadounidense y la escasez generalizada de alimentos.
La crisis comenzó el viernes cuando una de las centrales eléctricas más grandes del país, la central Antonio Guiteras en la occidental provincia de Matanzas, falló poco antes del mediodía del viernes. El fallo provocó una avería total del sistema eléctrico cubano.
El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, atribuyó el problema al deterioro de la infraestructura y a la escasez de combustible exacerbada por el huracán Milton, que ha dificultado que las tan necesarias entregas de combustible lleguen a la isla.
Los vehículos recorren el Malecón durante un apagón masivo después de que fallara una importante planta de energía en La Habana, Cuba, el viernes 18 de octubre de 2024.
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Al declarar una “emergencia energética”, Marrero Cruz introdujo medidas para reducir el uso de energía en todo el país: se pidió a los trabajadores estatales que se quedaran en casa y se cerraron escuelas e industrias no esenciales. También trató de calmar las preocupaciones diciendo que espera una afluencia de combustible de la compañía petrolera estatal cubana.
Si bien el colapso de la red eléctrica es una sorpresa, la crisis lleva años gestándose. Las centrales eléctricas de Cuba están en ruinas y necesitan desesperadamente mantenimiento. Además, Cuba produce muy poco combustible propio, lo que significa que depende de las importaciones para mantener a flote la red eléctrica.
El gran problema para la isla es que Venezuela —un aliado político que durante décadas fue el principal proveedor de combustible de Cuba— ha recortado los envíos en medio de su propia crisis económica. México y Rusia también han recortado sus exportaciones, dejando a Cuba en una posición vulnerable.
Durante meses se han producido apagones en toda la isla, y la situación llegó a un punto crítico con el fallo de la central eléctrica el viernes.
Inicialmente, la economía de Cuba comenzó a hundirse durante la pandemia, cuando el turismo internacional se desplomó y la inflación se disparó. Durante ese mismo período, el expresidente Donald Trump impuso una serie de sanciones a Cuba después de volver a designar al país como “Estado patrocinador del terrorismo”.
Luego, en marzo, cientos de manifestantes salieron a las calles de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande de la isla, furiosos por la falta de electricidad y alimentos. El gobierno comunista de Cuba, que utiliza un sistema de racionamiento para proporcionar una cierta cantidad de alimentos por hogar, comenzó a limitar sus asignaciones de pan sólo a niños y mujeres embarazadas. Algunos analistas dicen que las condiciones son peores que la crisis económica que siguió al colapso de la Unión Soviética en 1991, una época conocida como el Período Especial.
El gobierno cubano ha culpado durante mucho tiempo de sus problemas a las sanciones estadounidenses de décadas de antigüedad que han complicado la compra de combustible y alimentos por parte de la isla.
Si bien las causas de la crisis son multifacéticas, el apagón en todo el país es un nuevo punto bajo para el gobierno y para los cubanos que aún viven en la isla. En medio de una creciente desesperación, un número sin precedentes de cubanos está tratando de migrar a Estados Unidos por cualquier medio posible. La isla ha perdido aproximadamente el 10 por ciento de su población en los últimos tres años.
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