La ralentización de Internet en Pakistán genera temores de represión gubernamental y amenaza la economía


Un informe de The New York Times ha destacado los desafíos que enfrentan los habitantes de Pakistán debido a una importante desaceleración de Internet, que los investigadores y analistas digitales sugieren que es un intento del gobierno de sofocar la disidencia.

El informe comparte la experiencia de Shafi Naeem, un diseñador de software independiente con sede en Karachi, que no ha podido cargar los sitios web en los que está trabajando.

Los clientes le han enviado notas de voz y fotos de WhatsApp que no se descargaban, con un contorno de un reloj en la parte inferior derecha de cada imagen (el símbolo de que aún no se había enviado), lo que frustraba sus esfuerzos.

“No sólo es malo para los negocios, es devastador”, dijo Naeem, de 39 años, a The New York Times. Calcula que ya ha perdido más de la mitad de sus ingresos mensuales de aproximadamente 4.000 dólares. “Nuestro trabajo depende de una conexión a Internet rápida y fiable”.

En todo Pakistán, la velocidad de Internet se ha reducido casi al mínimo en los últimos días, lo que ha generado enojo y ha generado sospechas de que el gobierno está probando en secreto un nuevo sistema similar a un firewall para monitorear y controlar mejor Internet en el país.

El gobierno ha negado cualquier implicación en la desaceleración, que ha afectado a millones de usuarios y ha perturbado las actividades comerciales de todo el país.

El New York Times citó a grupos comerciales y dueños de negocios que informaron que las velocidades de Internet se redujeron a la mitad de sus velocidades habituales. Los archivos que antes tardaban minutos en cargarse ahora tardan horas, mientras que las llamadas en línea y las videoconferencias se ven empañadas por pantallas congeladas y voces retrasadas.

La Asociación de Casas de Software de Pakistán, que representa a las compañías de software de todo el país, condenó las “graves consecuencias del cortafuegos nacional implementado apresuradamente”, advirtiendo que las interrupciones podrían costarle a la economía de Pakistán hasta 300 millones de dólares.

La Asociación de Trabajadores Independientes de Pakistán también advirtió que los problemas actuales podrían llevar a que Pakistán sea degradado en las plataformas de trabajo independiente en línea, lo que dañaría a la naciente industria.

Las autoridades paquistaníes han afirmado que están actualizando sus sistemas para mejorar la ciberseguridad, pero han negado que la tecnología de vigilancia del gobierno sea la responsable de las interrupciones. En cambio, culparon al uso de redes privadas virtuales (VPN) de sobrecargar las redes.

Sin embargo, los investigadores y analistas digitales atribuyeron la lentitud a los esfuerzos de las autoridades por controlar el espacio digital del país, advirtiendo que esto podría frenar la libertad de expresión y las libertades civiles en la ya frágil democracia de Pakistán.

Afirman que las autoridades paquistaníes están implementando un nuevo sistema tipo firewall que es significativamente más avanzado que los sistemas de monitoreo web anteriores utilizados para bloquear ciertos sitios web.

Según los analistas, esta nueva tecnología permite al gobierno seguir bloqueando el acceso a partes de Internet (incluidas las redes sociales, sitios web y plataformas de mensajería) y al mismo tiempo mejorar su capacidad para monitorear, controlar y censurar los espacios digitales.

Usama Khilji, director del organismo de vigilancia de derechos digitales Bolo Bhi con sede en Islamabad, dijo a The New York Times que el nuevo sistema parece permitir a las autoridades apuntar y bloquear componentes específicos de aplicaciones móviles, como notas de voz, fotos y videos en WhatsApp, al tiempo que permite mensajes de texto y llamadas de voz.

Los grupos de derechos digitales han expresado su preocupación por la posibilidad de que este sistema permita a las autoridades rastrear los mensajes en línea hasta el teléfono o el ordenador desde el que se originaron, así como bloquear contenidos específicos. Algunos grupos de derechos humanos sospechan que la nueva tecnología no está configurada correctamente para la infraestructura de Internet de Pakistán, lo que ha provocado la reciente ralentización.

Estas acusaciones se producen en medio de una campaña represiva más amplia dirigida por el gobierno contra los partidarios del ex primer ministro encarcelado Imran Khan y su partido, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI). Los líderes militares tienen antecedentes de arrestar a figuras de la oposición, encarcelar a periodistas y, ocasionalmente, cerrar Internet en el país para reprimir la disidencia, según grupos de derechos humanos.

Desde que se celebraron las elecciones generales en febrero, los paquistaníes sólo han tenido acceso intermitente a plataformas de redes sociales como X (antes Twitter). El ala de relaciones públicas y medios de comunicación del ejército, Inter-Services Public Relations, ha incorporado oficiales de alto rango a sus filas en los últimos años para combatir la avalancha de mensajes antimilitaristas en las redes sociales.

El informe del New York Times también señaló que los funcionarios militares han comenzado a utilizar el término “terrorismo digital” en discursos y comunicados de prensa desde mayo, prometiendo derrotar a quienes, según ellos, están tratando de sembrar la discordia en el país. Este mes, el jefe del ejército, el general Asim Munir, intensificó esta retórica, sugiriendo en un discurso que existen límites a la libertad de expresión en Pakistán y acusando a las potencias extranjeras de incitar al “terrorismo digital”.

“Aquellos que buscan crear una grieta entre las instituciones estatales y el pueblo de Pakistán no tendrán éxito”, advirtió el general Munir el 14 de agosto en la Academia Militar de Pakistán en Kakul.