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El ejército de Israel ha advertido a los civiles que eviten las posiciones de Hezbolá mientras ataca el sur del Líbano, mientras se informó que se han recibido advertencias telefónicas en todo el país.
El ejército israelí informó el lunes que sus aviones de guerra habían lanzado más de 300 ataques en el Líbano. En un mensaje anterior, el ejército advirtió de nuevas acciones contra el grupo armado respaldado por Irán, que el día anterior lanzó una andanada de misiles hacia el norte de Israel.
La intensificación de los combates en la frontera común, en la que se han producido escaramuzas de poca intensidad desde que Israel lanzó su guerra contra Gaza en octubre, se produce tras las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies de la semana pasada que mataron a docenas de personas en el Líbano. El aumento de las hostilidades aumenta aún más los temores de una guerra total entre Israel y Hezbolá, o incluso de una conflagración regional más amplia.
El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, dijo a primera hora del lunes que el ejército había llevado a cabo “amplios ataques” contra puestos de Hezbolá tras detectar intentos de lanzamiento de misiles. El gobierno israelí declaró recientemente que estaba centrando más su atención en los combates con Hezbolá en un intento de permitir el regreso de los aproximadamente 60.000 israelíes evacuados de las zonas fronterizas.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, pidió al público mantener la calma mientras el ejército ampliaba su ataque.
“Estamos intensificando nuestros ataques en el Líbano, las acciones continuarán hasta que logremos nuestro objetivo de devolver a los residentes del norte sanos y salvos a sus hogares”, dijo Gallant en un video publicado por su oficina el lunes. “Estos son días en los que el público israelí tendrá que mostrar compostura”.
‘Guerra psicológica’
Hagari advirtió a los habitantes del sur del Líbano que abandonaran las zonas en las que el grupo armado tenía posiciones. Los civiles de la zona recibieron llamadas con el mismo mensaje.
“Aconsejamos a los civiles de las aldeas libanesas situadas dentro o cerca de edificios y zonas utilizados por Hezbolá con fines militares, como los utilizados para almacenar armas, que se aparten inmediatamente del peligro por su propia seguridad”, dijo Hagari a los periodistas.
Cuando un periodista le preguntó si el ejército estaba planeando una invasión terrestre al país vecino, Hagari dijo: “haremos todo lo necesario para que los residentes del norte regresen a sus hogares sanos y salvos”.
Los medios de comunicación libaneses informaron que la gente de todo el país, incluida la capital, Beirut, en el centro del Líbano, ha estado recibiendo advertencias telefónicas israelíes diciéndoles que evacuen.
La Agencia Nacional de Noticias del Líbano (NNA) informó que “los ciudadanos de Beirut y de varias zonas están recibiendo mensajes de advertencia por teléfono fijo cuya fuente es el enemigo israelí, pidiéndoles que evacuen rápidamente”.
La oficina del ministro de Información, Ziad Makary, en Beirut dijo que recibió una llamada telefónica con un “mensaje grabado” que les decía que evacuaran el edificio para evitar un ataque aéreo.
NNA calificó las advertencias telefónicas como “parte de la guerra psicológica que ha adoptado el enemigo”.
En un informe desde Beirut, un corresponsal de Al Jazeera dijo que la gente está “ansiosa no sólo por lo que está sucediendo en el sur, sino por lo cerca que están de estar en una guerra total entre Hezbolá e Israel”.
Israel y el Líbano están técnicamente en guerra, y el Líbano prohíbe las comunicaciones con Israel.
Un funcionario del proveedor estatal de telecomunicaciones Ogero dijo a la agencia de noticias AFP que, si bien el sistema de red fija en el Líbano bloquea todas las comunicaciones, Israel “elude los sistemas de comunicaciones utilizando el código telefónico internacional de un país amigo”.
‘Batalla de ajuste de cuentas’
Un reportero de Al Jazeera estacionado cerca de la aldea de Marjayoun, en el sur del Líbano, contó al menos 10 ataques aéreos alrededor de las 04:30 GMT, y agregó que Israel había atacado varias ciudades y pueblos en el sur, así como en el valle de Bekaa en el este del Líbano.
Las imágenes mostraban columnas de humo. El canal de televisión Al-Manar, de Hezbolá, informó que los aviones de guerra israelíes también atacaron la zona de Hermel, en el norte del Líbano.
El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que Estados Unidos todavía cree que hay espacio para una “solución diplomática”, aunque advirtió a Israel que hay “mejores formas” de permitir que sus residentes regresen a sus casas en el norte.
El jefe adjunto de Hezbolá, Naim Qassem, dijo a los dolientes en el funeral de uno de los comandantes del grupo asesinado la semana pasada en Beirut: “Hemos entrado en una nueva fase, cuyo título es la batalla abierta del ajuste de cuentas”.
El sábado, Hezbolá lanzó docenas de cohetes contra la base aérea israelí Ramat David, al este de Haifa, en su ataque de mayor alcance dentro de Israel.
La salva del lunes fue uno de los intercambios de fuego transfronterizos más intensos entre Israel y Hezbolá desde el comienzo de la guerra en Gaza.
Las dos partes han estado intercambiando disparos casi a diario desde el 8 de octubre, y el grupo respaldado por Irán ha dicho que sólo se detendría una vez que se lograra un alto el fuego en el enclave palestino.
Pero aunque esos intercambios se limitaron en gran medida a las zonas fronterizas y estaban dirigidos principalmente a objetivos militares, se han intensificado drásticamente esta semana.
El cambio de enfoque de Israel se inició con una ola de ataques sin precedentes. El martes y el miércoles, miles de buscapersonas y otros dispositivos explotaron en Beirut contra miembros de las bases de Hezbolá y civiles, lo que provocó una conmoción en todo el país.
Al menos 37 personas murieron y más de 3.000 resultaron heridas en las explosiones, que fueron atribuidas en gran medida a Israel, que no ha confirmado ni negado su responsabilidad.
El viernes, un ataque israelí mató a un alto comandante de la unidad Radwan de Hezbolá y al segundo al mando de la fuerza armada del grupo, Ibrahim Aqil.
El ataque en el suburbio de Dahiyeh, en Beirut, mató al menos a 45 personas, incluidos 10 civiles.