Mujeres lloran en el puerto de Goma, República Democrática del Congo, después de que un ferry que transportaba a cientos de personas volcara a su llegada el jueves.
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GOMA, Congo – Al menos 78 personas murieron cuando un barco abarrotado se hundió en el lago Kivu en el este del Congo el jueves, dijo un gobernador local. Horas más tarde se puso en marcha una frenética operación de búsqueda y rescate, ya que muchos seguían desaparecidos en el barco, que se cree que tenía 278 personas a bordo.
Jean-Jacques Purusi, gobernador de la provincia de Kivu del Sur, dijo que el número de muertos era provisional y que el número de víctimas mortales podría aumentar aún más. Dijo que según la información que tenían las autoridades locales, a bordo había 278 personas.
El barco zarpó del puerto de Minova, en la provincia de Kivu del Sur, más temprano ese día y se dirigía a Goma, en la provincia de Kivu del Norte, dijo Purusi, hablando por teléfono.
“Aún no tenemos (el panorama completo) de toda la situación, pero la tendremos mañana”, dijo a The Associated Press.
El barco se hundió cuando intentaba atracar a pocos metros del puerto de Kituku, según testigos que dijeron haber visto a los servicios de rescate recuperar al menos 50 cadáveres del agua.
Fue el último accidente mortal de un barco en el país centroafricano, donde a menudo la culpa es del hacinamiento en los barcos. A menudo tampoco se respetan las normas marítimas.
Los funcionarios congoleños a menudo han advertido contra la sobrecarga y han prometido castigar a quienes violen las medidas de seguridad para el transporte acuático. Pero en las zonas remotas de donde proviene la mayoría de los pasajeros, muchos no pueden permitirse el lujo de pagar el transporte público en las pocas carreteras disponibles.
“Estableceremos responsabilidades y pondremos en marcha un régimen de sanciones, pero también recomendaciones para mejorar la navegación en el lago”, dijo Purusi a la AP.
Añadió que la falta de equipo adecuado (no había chalecos salvavidas en el barco) probablemente contribuyó a la tragedia, al igual que el hacinamiento y la negligencia. Además, hubo una fuerte tormenta por la mañana en la zona del lago, añadió.
En junio, un barco sobrecargado se hundió cerca de la capital, Kinshasa, y 80 pasajeros perdieron la vida. En enero, 22 personas murieron en el lago Maî-Ndombe y en abril de 2023, seis murieron y 64 desaparecieron en el lago Kivu.
Los testigos de la tragedia del jueves dijeron que el barco estaba visiblemente abarrotado.
La gente se reúne en el puerto de Goma, República Democrática del Congo, después de que un ferry que transportaba a cientos de personas volcara a su llegada el jueves.
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“Estaba en el puerto de Kituku cuando vi llegar el barco procedente de Minova, lleno de pasajeros”, dijo Francine Munyi a la AP. “Comenzó a perder el equilibrio y se hundió en el lago. Algunas personas se tiraron al agua”.
“Muchos murieron y pocos se salvaron”, añadió. “No pude ayudarlos porque no sé nadar”.
Las familias de las víctimas y los residentes de Goma se reunieron en el puerto de Kituku, acusando a las autoridades de negligencia ante la creciente inseguridad en la región.
Desde que los combates entre las fuerzas armadas y los rebeldes del M23 hicieron intransitable la carretera entre las ciudades de Goma y Minova, obligando a cerrar el paso a los camiones que transportaban alimentos, muchos comerciantes han recurrido al transporte marítimo en el lago Kivu. Es una alternativa considerada más segura que el tráfico rodado, amenazado por la inseguridad.
Pero según Elia Asumani, agente marítimo que trabaja en esta línea, la situación se ha vuelto peligrosa:
“Tenemos miedo”, dijo a la AP. “Este naufragio era predecible”.
Bienfait Sematumba, de 27 años, dijo que perdió a cuatro miembros de su familia.
“Están todos muertos. Ahora estoy solo”, dijo sollozando. “Si las autoridades hubieran puesto fin a la guerra, este naufragio nunca habría ocurrido”.
Los supervivientes, unos 10 de ellos, fueron trasladados al hospital de Kyeshero para recibir tratamiento. Una de ellas, Neema Chimanga, dijo que todavía estaba en shock.
“Vimos que el barco empezaba a llenarse de agua hasta la mitad”, le contó a la AP. “La puerta del barco se abrió y tratamos de cerrarla, pero el agua ya estaba entrando y el barco se inclinó”.
“Me tiré al agua y comencé a nadar”, dijo. “No sé cómo salí del agua”.
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