Manifestantes irrumpen en el Senado de México luego de que el partido gobernante pareciera alinear votos para reformar la corte

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CIUDAD DE MÉXICO — Cientos de manifestantes irrumpieron el martes en el Senado de México mientras los legisladores sopesaban un polémico plan para reformar el poder judicial del país, obligando al organismo a tomar un receso temporal para la seguridad de los senadores.

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El cierre se produjo apenas horas después de que el partido gobernante de México, Morena, pareciera haber conseguido los votos que necesitaba para aprobar la propuesta después de que al menos un miembro de un partido de la oposición fuera acusado de cambiar de bando para apoyarla.

Esa medida y otras maniobras políticas previas a una votación sobre el plan defendido por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, alimentaron aún más indignación después de semanas de protestas de empleados judiciales y estudiantes de derecho.

Los críticos y observadores dicen que el plan, que haría que todos los jueces fueran elegidos, podría amenazar la independencia judicial y asestar un duro golpe al sistema de controles y equilibrios.

Algunos manifestantes entraron en la sala del Senado en un intento de bloquear la votación, después de que, según dijeron, los legisladores no escuchaban sus demandas. Los manifestantes irrumpieron por la puerta de la sala del Senado empujando agresivamente, utilizando tubos y cadenas. Al menos una persona se desmayó después de que los manifestantes entraran.

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“El poder judicial no va a caer”, gritaban los manifestantes, ondeando banderas mexicanas y carteles en contra de la reforma. A ellos se unieron varios senadores de la oposición que coreaban en la cámara. Otros fuera del tribunal rugieron cuando los presentadores de noticias anunciaron que el Senado estaba en receso.

Entre ellos se encontraba Alejandro Navarrete, un trabajador judicial de 30 años, quien dijo que personas como él que trabajan en los tribunales “conociendo el peligro que representa la reforma” acudieron a pedir al Senado que anulara la propuesta.

“Han decidido vender a la nación, y venderse por el capital político que les ofrecieron, nos sentimos obligados a entrar al Senado”, dijo, portando una bandera mexicana. “Nuestra intención no es violenta, no pretendimos hacerles daño, pero pretendemos dejar claro que el pueblo mexicano no permitirá que nos lleven a una dictadura”.

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A pesar de los disturbios de las últimas semanas, el plan fue aprobado por la cámara baja del Congreso la semana pasada y pasó al Senado, donde el partido Morena de López Obrador carecía de la supermayoría necesaria para aprobarlo. En las últimas semanas, logró sacar dos senadores de un partido de oposición, pero llegó a esta semana con uno más faltante.

No estaba claro de dónde vendría ese voto porque la oposición del país se opone vehementemente al plan. Pero durante el fin de semana, los observadores comenzaron a especular que un senador del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Miguel Ángel Yunes Márquez, apoyaría a Morena, ya que se negó a responder a los llamados de la dirigencia de su partido.

El martes, Yunes Márquez anunció que se tomaría una licencia por problemas de salud y sería reemplazado por su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, ex gobernador de Veracruz.

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Aunque padre e hijo no confirmaron de inmediato que iban a apoyar la reforma, Yunes Linares ingresó a la cámara del Senado y fue recibido con aplausos y cánticos de “¡héroe!” por parte de los senadores de Morena y gritos de “¡traidor!” por parte de su propio partido.

Una senadora del PAN, Lilly Téllez, incluso arrojó decenas de monedas a Yunes Linares, llamándolo “traidor que vendió a su país” para su propio beneficio. Se espera una votación en el Senado el miércoles.

El dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, afirmó que “es evidente” que hubo un “pacto de impunidad” entre Yunes y el gobierno para que votara a favor de la reforma. Cortés se refería a una orden de arresto emitida en julio contra el senador Yunes Márquez, por presunta falsificación de documentos y fraude relacionados con su candidatura.

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Yunes lo había impugnado y obtuvo una suspensión temporal, calificándolo de persecución política por parte del partido gobernante Morena, el mismo partido que su padre ahora parece dispuesto a apoyar.

Su padre, Yunes Linares, esquivó las preguntas de la prensa sobre su voto el martes, pero acusó a Cortés de “lincharlo” y afirmó que era “absolutamente falso” que lo hayan obligado a votar a favor de la reforma. Estuvo rodeado por dos senadores de Morena mientras hablaba.

“No soy un traidor, nunca he traicionado a nadie”, afirmó. Las acusaciones “no son democracia. Vengo aquí a actuar con total libertad”.

Un voto a favor de Yunes permitiría al partido gobernante superar el mayor obstáculo para convertir la propuesta en ley. Si pasa el Senado, tendrá que ser ratificada por las legislaturas de 17 de los 32 estados de México, pero se cree que el partido gobernante cuenta con el apoyo necesario.

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El plan ha recibido fuertes críticas dentro y fuera del país.

López Obrador, un populista que desde hace mucho tiempo se opone a los organismos reguladores independientes, que desde hace tiempo ignora a los tribunales y ataca a los jueces, afirma que su plan acabaría con la corrupción al facilitar el castigo a los jueces. Los críticos dicen que perjudicaría al poder judicial, llenaría los tribunales con jueces que favorecen al partido del presidente, permitiría que cualquiera con un título en derecho se convirtiera en juez e incluso facilitaría que políticos y criminales influyeran en los tribunales.

Esto ha asustado a los inversores y ha llevado al embajador estadounidense, Ken Salazar, a calificarlo de “riesgo” para la democracia y una amenaza económica.

La irrupción del martes por parte de los manifestantes fue recibida con fuertes críticas por parte de algunos, como la senadora de Morena, Andrea Chávez, quien escribió en un post en X: “Irrumpir violentamente en la sesión plenaria donde deliberamos los representantes del pueblo no es forma de resolver las diferencias”.

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Otros, como Mayuli Martínez Simón, senadora del PAN, culparon al partido gobernante mientras se encontraban en el pleno del Senado entre una multitud de manifestantes. Mientras lo hacía, los manifestantes fueron saliendo poco a poco y se dirigieron a otro edificio donde los senadores planeaban reiniciar su debate a las 7 p. m.

“Con la ausencia de diálogo de Morena, hoy esto es lo que estamos viendo. Los ciudadanos, los mexicanos, tomaron el Senado, entraron con fuerza. No es lo mejor, pero no teníamos otra opción”, dijo a The Associated Press en una entrevista.

— El videoperiodista de Associated Press Martin Silva Rey contribuyó a este informe desde la Ciudad de México.

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