La comunidad recuerda a Marcelo Pérez como un defensor abierto de los derechos laborales indígenas en el estado mexicano de Chiapas.
Un sacerdote conocido por su activismo en defensa de los derechos indígenas y laborales en México fue asesinado después de salir de los servicios religiosos, dijeron las autoridades locales.
El sacerdote católico Marcelo Pérez regresaba a su casa desde la iglesia el domingo cuando dos hombres en una motocicleta se detuvieron junto a su vehículo y le dispararon, dijeron fiscales del estado sureño de Chiapas.
“El padre Marcelo ha sido un símbolo de resistencia y ha estado junto a las comunidades de Chiapas durante décadas, defendiendo la dignidad y los derechos del pueblo y trabajando por la verdadera paz”, dijeron los jesuitas, la orden religiosa de Pérez, en un comunicado.
El asesinato se produce en medio de un período de intensa violencia en el estado sureño, que registró alrededor de 500 asesinatos entre enero y agosto de este año.
Además de los derechos de los pueblos indígenas y los trabajadores agrícolas, los jesuitas dijeron que Pérez también era un crítico abierto de los grupos criminales organizados.
“Esta región no sólo sufre asesinatos, sino también reclutamiento forzoso (en grupos criminales), secuestros, amenazas y saqueo de sus recursos naturales”, afirmó la orden religiosa.
Los activistas de derechos humanos y defensores del medio ambiente mexicanos han condenado durante mucho tiempo el acoso violento y la intimidación por parte de grupos criminales y fuerzas de seguridad del Estado.
El propio Pérez era miembro de los pueblos indígenas tzotziles y había servido a la comunidad en Chiapas durante dos décadas, adquiriendo reputación como alguien que podía ayudar a resolver disputas, especialmente sobre tierras.
“Colaboraremos con todas las autoridades para que su muerte no quede impune y los culpables comparezcan ante los tribunales”, dijo el gobernador de Chipas, Rutilio Escandón, en una publicación en las redes sociales, calificando el asesinato de “cobarde”.
Pero en México, la rendición de cuentas por asesinato es la excepción y no la regla: alrededor del 95 por ciento de todos los homicidios quedan sin resolver.
Los activistas de derechos humanos y los defensores de las tierras indígenas enfrentan altos niveles de violencia e intimidación en México.
Un informe de Amnistía Internacional de 2023 encontró que esos grupos enfrentan altos niveles de criminalización y persecución como parte de una “estrategia más amplia de desincentivar y desmantelar la defensa de los derechos territoriales, ambientales y territoriales”.
El grupo de derechos humanos también dijo que México “se encuentra entre los países con mayor número de asesinatos de defensores del medio ambiente”.
El domingo, la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas en México dijo que “varias organizaciones nacionales e internacionales habían advertido públicamente sobre el creciente número de amenazas, ataques y actos de criminalización contra” el sacerdote Pérez.
Dijo que esas amenazas “se han intensificado en los últimos años debido a su incansable trabajo a favor de la justicia y los derechos de los pueblos indígenas”.
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