Descubrimiento ‘sin precedentes’: cerebros de momias del siglo XVII muestran evidencia de consumo de cocaína


Un equipo de investigadores italianos ha descubierto que muestras de cerebro preservadas que datan de principios del siglo XVII en Milán dieron positivo para cocaína, aunque no está inmediatamente claro cómo llegó la sustancia a sus sistemas.

El nuevo estudio de la Universidad de Milán arroja luz sobre la difusión histórica de esta droga altamente adictiva, que se creía que había surgido en Europa en el siglo XIX y que era famosa por su uso y promoción por parte de figuras prominentes, entre ellas el psicoanalista Sigmund Freud. Pero, como muestran los resultados del estudio de agosto, Freud puede haber estado bastante atrasado, hasta casi 200 años.

Parece que hay un par de momias italianas de la época barroca que necesitan algunas explicaciones.

Los investigadores realizaron una batería de pruebas toxicológicas en especímenes recuperados del Ospedale Maggiore, un hospital e iglesia milanés que funcionó durante el siglo XVII y mantuvo extensas cámaras funerarias, conocidas como la cripta de Ca’Granda.

“Se trata de un contexto excepcional desde el punto de vista arqueológico, histórico e incluso toxicológico”, señala el estudio. “Se calcula que estas cámaras contienen aproximadamente 2,9 millones de huesos, que representan a más de 10.000 individuos que fallecieron en el hospital de finales del Renacimiento y de la Edad Moderna”.

Entre los restos humanos enterrados en la cripta del complejo, los científicos examinaron nueve muestras de cerebro y en dos de esas nueve muestras, los resultados de las pruebas mostraron la presencia de cocaína y algunas de sus sustancias químicamente relacionadas, un descubrimiento desconcertante, ya que ninguno de los registros originales del hospital de la época menciona la droga o su uso.

“Dado que la planta no estaba incluida en la farmacopea hospitalaria detallada, es posible que no se haya suministrado como remedio medicinal, sino que puede haber sido utilizada para otros fines”, se lee en el estudio.

“La presencia de esta planta en restos humanos europeos no tiene precedentes”.

Cárteles coloniales

La cocaína tiene su origen en las hojas de la planta Erythroxylum coca, un arbusto originario de América del Sur. Durante milenios, los humanos han utilizado la planta con diversos fines medicinales y religiosos, entre ellos masticando las hojas mezcladas con lima y cáscaras tostadas.

Las sociedades que incluían al Imperio Inca y, posteriormente, a los colonialistas españoles, controlaban el flujo de cultivos de coca por sus efectos sobre el cuerpo, que el estudio de la Universidad de Milán describe como “tenían el poder de quitar el hambre y la sed, producían efectos estimulantes, podían usarse como medicina… e inducían una sensación de bienestar”.

Pero si bien la planta era reconocida por sus cualidades potentes y lucrativas, los investigadores señalan que las primeras exportaciones de coca a través del Atlántico eran extremadamente limitadas. En ese momento, España mantenía un estricto secreto sobre la información procedente del llamado “Nuevo Mundo”, lo que hacía casi imposible que la demanda se extendiera por Europa. Además, los envíos de coca fresca en gran medida no sobrevivieron al viaje transatlántico, señala el estudio.

En esta fotografía de archivo del 11 de enero de 2013, una vendedora de coca muestra sus hojas de coca para la venta mientras espera a los clientes dentro de un mercado legal de hojas de coca en La Paz, Bolivia. (Foto AP/Juan Karita)

No sería hasta el siglo XIX que las formas modernas de cocaína (sales de clorhidrato sintetizadas químicamente a partir de plantas de coca) surgirían en la medicina y, más tarde, en el abuso recreativo.

En la moderna epidemia de drogas, la cocaína, las anfetaminas u otros estimulantes estuvieron involucrados en aproximadamente la mitad de todas las muertes accidentales por toxicidad por opioides en Canadá entre 2020 y 2021, según muestran los datos federales, y un informe de las Naciones Unidas del año pasado estima que aproximadamente medio millón de consumidores de cocaína del año anterior residen en Canadá.

Pero con dos muestras de cerebro italiano que muestran signos de exposición a la cocaína un siglo o más antes de la adopción generalizada de la droga en Europa, la historia puede resultar más complicada de lo que parecía.

Arqueotoxicología

Además de lo que los autores del estudio describen como informes controvertidos de cocaína en momias egipcias antiguas, los cadáveres milaneses representan a los usuarios más antiguos conocidos de productos de coca fuera de América, donde las plantas han sido endémicas durante mucho tiempo.

Los investigadores se aseguraron de que no hubiera factores que interfirieran. Las muestras de cerebros se manipularon en condiciones protegidas o en su cripta original, que había estado sellada desde antes de los tiempos modernos, para protegerlas de la contaminación ambiental.

Además, un análisis detallado de las muestras mostró trazas de higrina, una sustancia asociada con el consumo de hojas de coca, pero no sales de cocaína modernas, lo que coincide con el cronograma de los investigadores.

Por lo que se puede deducir de los datos, parecería que los dos pacientes del Hospital Maggiore habían consumido la droga masticando hojas o bebiendo té de hojas de coca, probablemente en una sola ocasión y poco antes de su muerte.

En cuanto a por qué la consumían, solo hay conjeturas fundamentadas. Los archivos de la farmacia del hospital no registran la introducción de la cocaína hasta finales del siglo XIX, lo que pone en duda la idea de que se suministrara como una forma de medicamento.

Dicho esto, el ducado de Milán estuvo bajo dominio español durante gran parte de ese período, y como salida comercial costera clave, la ciudad habría recibido envíos del otro lado del Atlántico, que potencialmente incluían lo que los relatos históricos de la época describen como plantas “exóticas”.

Según los hallazgos de los investigadores, las pistas disponibles apuntan a un uso recreativo o como potenciador de la productividad, tal como lo utilizaban los colonos españoles en las minas y plantaciones del Nuevo Mundo, y como en gran parte del abuso moderno de la cocaína.

“Si las hojas de coca se utilizaban con fines recreativos o más bien por sus propiedades fortalecedoras que ayudaban a la población en su dura vida cotidiana”, concluye el estudio, “es un tema que requiere mayor debate.