Nacer Zorgani, la voz del boxeo olímpico, ahora apunta a la gloria paralímpica como judoka



Nacer Zorgani ha tenido un verano muy movido. En julio, durante los Juegos de París, su cautivadora voz de barítono le granjeó seguidores como locutor del boxeo olímpico.

Ahora, el atleta de 38 años se está preparando para dejar su marca como un competidor de Para-judo ferozmente dedicado, entrenando incansablemente para los Juegos Paralímpicos que comienzan el miércoles.

Zorgani competirá el 7 de septiembre en la categoría masculina de 90 kilogramos, clasificación J2 para atletas con discapacidad visual.

Para él, el deporte es mucho más que una competición; es la encarnación de su compromiso de toda la vida con el “camino del bushi”, con la filosofía del arte marcial japonés tradicional, el bushido, dando forma a su viaje.

Antes de encontrar su vocación en el judo, Zorgani incursionó en varios deportes, incluido el boxeo y el jiu-jitsu brasileño.

“Para mí todo es una misma cosa”, dijo. “Sigo el camino del bushi… resiliencia, disciplina y una concentración inquebrantable. Ya sea en el ring, en la lona o en la vida, los principios son los mismos”.

Su transición al judo fue una progresión natural. El énfasis del deporte en el equilibrio, la técnica y la fortaleza mental resonó en Zorgani, quien encontró en el judo no solo una forma de competir, sino un camino para dominar sus propias limitaciones.

Zorgani fue declarado legalmente ciego a los 17 años después de que un médico le diagnosticara un deterioro progresivo de ambas retinas. A los 20 años, había perdido casi toda la visión y solo podía ver formas borrosas en entornos muy brillantes. Esto no lo desanimó; por el contrario, alimentó su determinación de sobresalir. “He vivido momentos muy oscuros, cuando me sentí derrotado por mi discapacidad”, dijo Zorgani. “Pero los deportes de combate realmente me ayudaron”.

En el judo, la naturaleza táctil del deporte puede ser útil para deportistas como Zorgani. Desde el momento en que se encuentra frente a frente con su oponente, utiliza el tacto para percibir sus movimientos, su equilibrio y sus intenciones. La falta de vista puede agudizar sus otros sentidos, lo que le permite anticiparse y reaccionar con una precisión instantánea.

“El judo consiste en sentir la energía del oponente, su centro de gravedad y sus intenciones”, afirmó. “En ese sentido, mi discapacidad visual me ha enseñado a confiar aún más en mis instintos y en mi entrenamiento”.

El entrenamiento de Zorgani es tan riguroso como inflexible. Durante los Juegos Olímpicos, tuvo que compaginar dos sesiones de entrenamiento durante el día con estar sentado al lado de la cancha como locutor de boxeo por la noche.

Serán sus primeros Juegos Paralímpicos, donde se unirá a 121 de los 237 atletas que representan a Francia por primera vez en este escenario mundial, según Marie-Amelie Le Fur, jefa de la delegación paralímpica francesa.

Zorgani está listo.

“Hacer los anuncios del ring, con la multitud, las luces, la gente, el ruido, la música, las ceremonias, es una especie de entrenamiento, entrenamiento mental”, dijo Zorgani.

Consciente del desafío que tiene por delante, no considera la competición como una presión añadida. Se trata, en cambio, de poner a prueba los límites de su resistencia física y mental, y demostrar que su camino está lejos de terminar. (AP) AM AM AM