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Sir Keir Starmer ha despejado el camino para un gran aumento del gasto de capital en el Presupuesto del próximo mes, ya que su gobierno obtuvo el respaldo de la OCDE con sede en París para reformas destinadas a impulsar la inversión pública que mejore el crecimiento.
En una intervención en Nueva York, el primer ministro dijo que quería que el gasto público actuara como un “catalizador” de la inversión privada y señaló que creía que las normas fiscales del Reino Unido deberían estar diseñadas para ayudar al gasto de capital. “Siempre he pensado que deberíamos pedir préstamos para invertir”, dijo.
La ministra de Hacienda, Rachel Reeves, establecerá las reglas fiscales revisadas en el Presupuesto del 30 de octubre, y personas con información privilegiada de Whitehall dicen que quiere asegurarse de que no impidan que se inviertan miles de millones de libras en áreas como la transición a la energía verde, las carreteras y los hospitales.
Antes de las elecciones, Starmer había recortado el emblemático plan de gasto verde del Partido Laborista de 28.000 millones de libras anuales a tan solo 4.700 millones de libras anuales debido al frágil estado de las finanzas públicas. Algunos de esos recortes podrían ahora revertirse.
Starmer insistió en que había una diferencia entre pedir prestado para financiar el gasto diario y utilizar la deuda pública para financiar la inversión, lo que, según él, podría ayudar a hacer crecer la economía.
Hablando al margen de la Asamblea General de la ONU, le dijo a la BBC: “El endeudamiento y la inversión pública tienen que ir de la mano de la inversión privada, para ser un catalizador de la misma”.
Sus comentarios se produjeron mientras la OCDE, un grupo de expertos de 38 países, en su mayoría ricos, instó al Reino Unido a reescribir sus reglas fiscales “cortoplacistas” para permitir una mayor inversión pública que impulse el crecimiento.
Álvaro Pereira, economista jefe de la OCDE, dijo que las reglas fiscales podrían llevar “al deterioro de las finanzas públicas en el largo plazo”, dada la necesidad de mejorar la infraestructura británica e impulsar la productividad.
Las reglas actuales se basan en un horizonte renovable de cinco años, lo que según Pereira da a los ministros un incentivo para retrasar los recortes en el gasto diario, pero dificulta justificar la inversión a largo plazo.
Reeves allanó el camino para un mayor gasto de capital durante un discurso en la conferencia del Partido Laborista el lunes, en el que prometió poner fin a la “baja inversión que alimenta el declive”.
Los funcionarios del gobierno están considerando una serie de opciones para relajar las restricciones a la inversión impuestas por las normas fiscales existentes, que exigen que la deuda caiga como porcentaje del PIB en cinco años.
Reeves quiere que el Tesoro reconozca mejor los beneficios de la inversión, en lugar de principalmente los costos.
Como parte de esto, los funcionarios están examinando medidas alternativas del balance del gobierno que reflejen los activos creados a través de la inversión, y no sólo los pasivos.
Los investigadores del FMI han argumentado que los indicadores de las finanzas gubernamentales, como el patrimonio neto del sector público, son más “propicios” para la inversión.
Otra métrica bajo examen en el Tesoro son los pasivos financieros netos del sector público, que contabilizan una gama más amplia de activos que el actual indicador de deuda gubernamental, lo que podría aumentar sustancialmente el margen presupuestario.
El gobierno también quiere reflejar mejor los activos de los vehículos de inversión estatales, como su fondo de riqueza nacional y Great British Energy, así como sus pasivos, o sacarlos del balance oficial.
Sin embargo, los economistas enfatizaron que el gobierno deberá ser cauteloso respecto de cuánta capacidad de endeudamiento adicional utiliza para inversión, dada la necesidad de mantener la confianza de los mercados financieros.
El gobierno también está fuertemente limitado por su otra regla fiscal principal, que requiere equilibrar el presupuesto cuando se excluye la inversión.
Pereira hizo sus comentarios mientras la OCDE publicaba nuevos pronósticos de crecimiento para las principales economías que mostraban al Reino Unido entre los de mejor desempeño.
La OCDE espera que el PIB de Gran Bretaña se expanda un 1,2 por ciento en 2024 y un 1 por ciento en 2025.
Sin embargo, es probable que la inflación sea más persistente en el Reino Unido que en cualquier otra economía del G7 según las proyecciones de la OCDE, con un promedio del 2,7 por ciento en 2024 y del 2,4 por ciento en 2025.
La OCDE afirmó que el crecimiento del PIB mundial se ha mantenido resistente y se prevé que se estabilizará en el 3,2 por ciento en 2024 y 2025.