Los delegados del Partido Laborista se reúnen en Liverpool este fin de semana para su primera conferencia anual desde que tomaron el poder. Lo que debería haber sido un ambiente jubiloso se ha visto empañado por una serie de disputas internas, incluida la decisión de recortar la asignación de combustible de invierno para la mayoría de los jubilados y una feroz guerra informativa en la que participaron algunos de los colaboradores más cercanos de Keir Starmer.
Las revelaciones sobre la ropa y las entradas de fútbol que Starmer ha aceptado gratis han contribuido a quitarle brillo al nuevo primer ministro. Su tarea durante los próximos días en Merseyside será la de unir a su partido y proyectar un sentimiento de esperanza y optimismo del que, desde que ganó las elecciones, muchos creen que ha carecido su gobierno.
Enfrentamientos sindicales
El primer ministro se reunirá con los secretarios generales de los sindicatos el sábado por la tarde, una reunión que será seguida de cerca por posibles disputas. Ha habido tensiones por la decisión del gobierno de poner a prueba los medios económicos para la asignación de combustible de invierno.
Unite, que critica a Starmer y se negó a apoyar su manifiesto electoral, ha indicado que intentará forzar una votación sobre el tema en el pleno de la conferencia. El sábado, es probable que Starmer intente persuadir a los sindicatos para que no se pongan de su lado. Cualquier votación no sería vinculante, pero un resultado que censurara la política del gobierno sería embarazoso para los ministros.
Discursos del Canciller y del líder
El discurso de Starmer el martes por la tarde será el centro de todas las miradas, una oportunidad para fortalecer a su base y proyectar un sentimiento de optimismo y positividad. The Guardian informó esta semana que Starmer adoptaría un tono optimista y argumentaría que un gobierno serio y eficaz puede ofrecer un “ajuste de cuentas para el populismo”.
La canciller Rachel Reeves también intervendrá en la conferencia. Su discurso le permitirá marcar el tono antes de su primer presupuesto, que se presentará el 30 de octubre y que, según se espera, incluirá algunas dolorosas subidas de impuestos. Reeves ha advertido en repetidas ocasiones de que el presupuesto implicará “decisiones difíciles”. Su discurso en la conferencia es una oportunidad para exponer el panorama general.
Cambios internos en el partido
Dado que se celebra a pocos meses de una victoria electoral aplastante, muchos creen que esta conferencia marca el momento de máximo poder de Starmer sobre su partido. Ha habido rumores de que podría intentar reformar el reglamento del Partido Laborista para limitar el poder de los miembros de base en las elecciones de liderazgo. Algunos miembros del partido han estado presionando para que se haga el cambio, pero seguir adelante con él desencadenaría una gran disputa que podría eclipsar el resto de la conferencia.
Por otra parte, se pedirá a la conferencia que ratifique el nombramiento de Hollie Ridley como secretaria general del Partido Laborista. Ridley, aliada de Starmer, reemplazó a David Evans en el cargo este mes después de un rápido proceso de selección del que emergió como la única candidata preseleccionada. Es probable que su nombramiento sea aprobado.